Una vez más asistí a un show de esta estupenda banda llamada The End, que rinde tributo a la más majestuosa de todas las que hemos escuchado alguna vez, Pink Floyd.
Las motivaciones de esta vez eran especiales, había que estar ahí para colaborar con este grupo que sufrió un asalto en su último show en la plata, y perdió gran parte de sus instrumentos y equipos. Por eso considere imprescindible mi asistencia y la de mis amigos adeptos a este tipo de música, para que este grupo pueda seguir desplegando una y mil veces en los escenarios, ese tributo que tan bien les sale.
Con este marco el show sucedió en el auditorio/teatro Don Bosco, un lindo lugar ubicado en el barrio de San Isidro, aparentemente este auditorio pertenece a una escuela que se ubica en el mismo lugar.
Ya sentado en mí butaca me pregunte cómo es posible que entren todos los músicos de The End en ese escenario, con todos sus equipos e instrumentos, cabe aclarar que el auditorio era grande de largo pero un poco angosto. Pero se ve que los chicos son expertos en sudoku y tetris y lograron acomodar todo a la perfección, incluyendo una vez más la famosa pantalla redonda que caracteriza a los shows de Floyd.
Luego de ver un aceptable grupo telonero llamado Chaneton, todo estaba dando para comience el show tan esperado, y así sucedió, con un tema que seguramente fue muy reclamado por el público, y la banda gentilmente lo incluyo con en su repertorio: Welcome to the Machine. El tema estuvo bien interpretado, con la salvedad que hubo algunos problemas con el volumen del bajo que estaba un poco excedido y por momentos quedaba reverberando en la sala. Después le siguió Astronomy Domine, tema que me agrado mucho escuchar y que me llevo a la simple reflexión de la imponente importa de la banda. A continuación sonó el infaltable Shine on you crazy diamond, que no me disgustó, pero por alguna razón no logra tener el peso que debería durante los show.
Aprecio In the flesh, infaltable en los primeros tramos, ya con el bajo sonando como corresponde y también los coros (estos habían empezado con el volumen un tanto bajo) como es costumbre le sucedieron The Happiest day of our lives / Another brick in the wall (Part II).
En este último tema se incorpora a un grupo de chicos aparentemente estudiantes del colegio donde se realizaba el show, que ingresaron con uniformes de colegio y unas mascaras al mejor estilo The wall y se pararon en el frente del escenario, aportando un agregado sustancial a este tema, luego en el solo de guitarra descendieron y corrieron alrededor del público, por los pasillos y filas. Ya con esta grata incorporación la banda logro comprar a todo el público.
Se oyó después el tema Mother, , quiero decir que el tema al ser tranquilo y con pocos instrumentos fue afectado por ruido de línea que había, algo que no sucedió con los otros temas porque este quedaba enmascarado.
A continuación empezó a sonar el conocido bajo de One of these days a manos de Juan Folatti, este tema fue impuesto con toda la fuerza que se merece, para dar luego dar paso al sorpresivo Nobody Home. Realmente no esperaba este tema y fue muy bueno escucharlo y que lo traigan a la mesa. Dando indicios de que la lista iba a cambiar un poco, siguieron con Lost words del disco The división bell, pero a los chicos no les basto con sorprender con los temas anteriores, sino que subieron la apuesta y se mandaron con Fat old sun. Debo decir que este tema fue de lo mejor de la primer parte del show, (junto con los chicos y Another brick in the wall) y el solo de guitarra de Matias Dietrich fue sensacional.
Antes de que se venga Another brick in the wall (Part III) / Goodbye cruel world, apareció sobre la pantalla redonda, el amigo de la casa Guy Prutt, que se solidarizó con la banda por lo sucedido en La Plata. Pasado estos dos temas y terminada la primera mitad y con algo más de hora y cuarto transcurrida, mire a uno de mis amigos, y le dije: todavía queda la otra mitad y seguramente será mejor, dicho esto no pude evitar contener mi sonrisa.
Quince minutos de intervalo y sonó esa nota tan conocida que llamaba a uno de los mejores temas de Floyd, sí, nadie me va a discutir que no está entre los mejore, este tema es nada más y nada menos que Echoes, por suerte se le animaron y no pusieron como escusa su larga duración. Debo mencionar que hubo unos problemas de acople al comienzo que mancharon lo que debió haber sido un gran momento, pero el tema igualmente sonó bien, Alejandro Perez se lucio en la batería como así también los tecladistas Charly Kleppe y Hernan Simo
Después disfrutamos de uno de los temas que se podría decir, sonaron más “redondos” de todo el recital Have a Cigar. En este tema fue donde dije: Gorgi Monfatt me gusta mas como vocalista que el propio Waters (sin ánimos de ofender al gran Rogers, sabemos que no es un gran vocalista), pero además de destacar la voz tengo que nombrar y aplaudir a Romano el segunda guitarra que aprovecho su oportunidad de interpretar un solo y la rompió.
A este tema le sigo The Gunner’s Dreams, tema sacado del fondo del disco de Final Cut, que tuvo como punto alto ese estupendo enganche entre la voz y el saxo a manos del versátil Martin López Camelo.
Por fin apareció un tema del disco Animals, fue Pigs, si bien yo había pedido Dogs, o Sheeps, me hubiese puesto de muy mal humor sino sonaba un tema de este gran disco. Como en todos los temas largos se lucen los instrumentos, batería, teclados, pero en esta caso lo mejor vino otra vez por parte de la guitarra de Matías Dietrich.
Llegamos al infaltable The great gig of the sky, las chicas del coro tenían la difícil tarea de interpretar este tema que para mi gusto salió aceptable pero con cosas por mejorar, una fue la inclusión de palabras como yes o yeah, que justamente no deberían ir dado que la premisa del tema es justamente que no tiene palabras. Debatiendo esto con un amigo debo decir que me perdí de escuchar atentamente Empty Space y Young Lust, por eso no me atrevo a opinar de ellos porque lo único que recuerdo es el final de Young.
Sorpresivamente comenzó a sonar Confortably Numb (siempre lo tocan al final del show), tema que posee como todos sabemos, uno de los mejores solos de guitarra de todos los tiempos que Matías supo interpretar con la calidad que se merece.
Este tema le dio paso a Money, del un poco olvidado en este show, Dark side of the moon. Digo un poco olvidado pero no me quejo, dado que casi siempre lo tocan entero, y estuvo bueno el cambio…Este tema les salió muy bien siempre y esta vez no fue la excepción.
Acá fue donde ocurrió la típica retirada para que luego post aplausos del público el grupo volviese. Debo decir que esto de irse y volver no me gusta y que me molesta un poco, pero bueno es una costumbre de la mayoría de las bandas.
Consumada la vuelta vimos otro mensaje de apoyo a la banda, esta vez de parte de otra amiga de la casa Durga McBrown, que con su simpatía nos hizo reir a todos y dejo en claro que en Octubre vendrá nuevamente a Argentina.
Pasado el video, tocaron Learning to Fly, gran pero gran tema, pero que siento que todavía les falta algo como para llegar al nivel que se lo escucha en Pulse.
Gracias a dios también tocaron Wish you were here, es imposible que no toquen este tema en un recital ni The End, ni Floyd, ni Waters, ni Gilmour se pueden subir al escenario y bajarse, sin antes haber interpretado este hermoso tema.
El show termino bien arriba con Run like a hell, una vez más con los chicos del colegio sobre el escenario, y Gorgi haciendo sus locas corridas por los pasillos del público, esta vez zamarreando y cantándolé en la cara al algunos integrantes atónitos del público.
Con este final nos rompimos todos las manos aplaudiendo y nos fuimos a nuestras casas derrochando música de la buena, de la muy buena. Sabiendo que además colaboramos para que esta banda pueda seguir deleitándonos.
Muchas Gracias
Saludos, El Candy
